“Y a
Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo
que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea
gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de
los siglos. Amén”.
Que estas palabras se sumerjan lentamente en su entendimiento: “poderoso
para hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo que pedimos o
entendemos” (v. 20). Que maravillosa descripción de la capacidad de Dios
para trabajar dentro de nosotros
Pero, muy a menudo, nuestra atención se centra principalmente en lo que
queremos que El haga a nuestro favor. Si Dios cambiara esta situacion o
arreglara ese problema, entonces mi vida seria mejor. Pero El nos invita a
pensar y a pedir algo más grande: Quiere transformarnos.
El Espíritu Santo tiene poder más que suficiente
para cambiarnos por dentro, pero hacer ese cambio interior es, por lo general,
un proceso lento. El fruto espiritual necesita tiempo para crecer y madurar. Es
por eso que necesitamos paciencia y fe para creer que él esta trabajando,
incluso cuando no veamos los resultados de inmediato. Dios nunca tiene prisa, y
jamás nos dejara.
El Señor tiene un propósito para nuestra vida, y
él trabaja constantemente para lograrlo. Aunque tiene un plan específico para
cada uno de sus hijos, también tiene un objetivo superior: conformar a todos
los creyentes a la imagen de su Hijo Jesucristo. Para lograr esto, nos hará
experimentar luchas y angustias. Es posible que esto no tenga sentido para
nosotros, pero Dios sabe perfectamente lo que esta haciendo.
¿Que le gustaría ver al Señor haciendo dentro de
usted?
Medite en la palabra de Dios (La Biblia), busque
las cualidades que Dios considera preciosas, y pídale que las desarrolle en su
vida. Confié después en su promesa maravillosa de que él hará más de lo que
usted ha pedido o imaginado.